La selectividad, las oposiciones, los exámenes universitarios, el MIR, las presentaciones, el examen de conducir…
Estas y otras pruebas son un pozo de miedos, nervios y ansiedad para mayores y jóvenes. ¿Qué puedes hacer? ¡Aquí comparto algunas claves para que lo lleves mejor!
TU NO ERES EL EXAMEN.
Parece evidente, pero nos olvidamos. Los exámenes son pruebas que evalúan ciertas aptitudes o fortalezas, pero no las evalúan todas, ¡ni se acercan! Existen 8 tipos de inteligencias y estoy segura de que tu examen no evalúa los 8 tipos, ¿sabes tu en que tipo de inteligencia destacas?
La mayoría de pruebas evalúan las capacidades de memorización por encima de todo… Eso significa que si tienes muy buena memoria, estás de enhorabuena, si no deberás esforzarte un poco más… Seguimos en el eterno «memorizar para vomitar, olvidar y volvemos a empezar». No eres un 3, ni un 4, ni un 6, ni un 10, porqué lo diga un examen.
Somos mucho más que las capacidades que un examen pueda evaluar, pero no solo eso, sino que debemos olvidar que entran muchas cosas más en juego ante un examen: acompañamiento familiar positivo o negativo, gestión de las emociones como los nervios, las comparaciones, la tensión, las fortalezas, las virtudes, capacidades y la autoestima, ¡juegan un papel muy importante!
Puede que hayas oído la metáfora de que algunos somos peces, otros pájaros, otros topos, leopardos…y a todos se nos evalúa por nuestra capacidad de trepar árboles. Es realmente injusto dejar que personas, niñ@s o adolescentes que son buenos nadando, volando o excavando, se consideren inútiles por no saber subir a un árbol.
Así que no te identifiques con el examen, es algo externo a ti y no lo utilices nunca como herramienta para sentirte desvalorado.
LES PRESIONES SOCIALES DE AMIGOS Y FAMILIARES.
Todos los miedos, preocupaciones y nervios que podamos poner en este apartado, tienen la etiqueta de «no depende de mí». Ojalá todos tuviéramos un ambiente experto en acompañarnos ante los nervios y el miedo de una prueba, pero en la mayoría de casos no es así.
Recuerda, ¿para quién haces el examen? Seguramente lo haces para ti, ¿qué hará feliz a otras personas?, ¡perfecto! Pero el examen es para ti. Ojalá pudieras decir que apruebas y ya está, sería ideal que fuera una decisión y no una prueba. ¿Que tu hermano mayor se sacó el examen de conducir a la primera?, enhorabuena para él, ¿que tu amiga se sacó las oposiciones con una nota alta? ¡Alégrate por ellos!
No podemos caer en comparaciones, o eres los demás, eres tú y no tomas la decisión de suspender, ni de tener más o menos facilidades en el examen que debes afrontar. Lo mejor que puedes hacer es aceptar cómo son los demás, lo que dicen y lo que hacen (tanto si lo hacen mejor o peor) borrarlo de nuestra mente si es negativo (hay herramientas para el) y seguir con lo que sí depende de ti.
En esta parte sí que puedes hacer algo. ¿Depende de ti organizarte mejor?, ¡vamos! ¿Depende de ti dedicarle más horas?, ¿depende de ti encontrar un mejor espacio para estudiar?, ¡búscalo! ¿Depende de ti practicar herramientas de relajación?, ¡ponte a ello!
Intentar cambiar lo que no depende de ti (como que llueva el día del examen) es un desgaste de energía inútil, concéntrate en ti y solo en ti.
SOLO ES UN EXAMEN.
Si, me parece muy fácil de decir, y puede que te parezca hasta un poco insultante, pero sí, solo es un examen. Seguramente un examen muy importante, que te beneficia mucho (al final los exámenes son herramientas, no tienen un valor en sí).
¿Qué es lo peor que puede pasar si suspendes? Seguramente hasta ahora has vivido, has avanzado sin tener ese examen, seguramente encontrarás otro camino, otra oportunidad u otra vía para conseguir eso que buscas. Seguramente aprenderás mucho sobre tu mism@ en ese camino, apruebes o suspendas, seguramente no es de vida o muerte…. Seguramente tu eres mucho más que ese examen.
Con eso no quiero decir que no sea importante aprobar el examen, solo quiero decir que le des la importancia que tiene, que no lo conviertas en la llave de tu felicidad, que no sea el origen de tensiones, ansiedades y miedos desmesurados. Tu eres mucho más importante que ningún resultado.
Y POR ÚLTIMO: LO MÁS IMPORTANTE ES LA CONFIANZA EN TI.
Y no solo me refiero a la confianza en pasar la prueba, sino a la confianza en un@ mism@ como persona. La confianza en que sabré resolver las adversidades que se me presenten, de que encontraré en mí los recursos necesarios, la confianza de que pase lo que pase lo superaré y encontraré el camino a la salida.
¿Puedes depositar la confianza en tu mism@ y en resolver todas las cosas que te vayan sucediendo en la vida, en lugar de depositar la confianza en que todo saldrá bien solo si apruebas el examen?
Tu felicidad no puede depender de un aprobado, ¡eres mucho más que eso! Cuando uno tiene confianza en sí, se convierte en poseedor de la llave para todo lo que le suceda en la vida.
Lo más curioso es que cuando una interioriza todo eso, deja de ver la prueba o el examen, cómo una bola de estrés y mal estar enorme, y empieza a verlo tal y como es. Y en valorarlo tal y cómo lo que es, nos liberamos de los nervios, los miedos y tensiones. Y me imagino que no te sorprenderá, que además de conseguir mejor bienestar personal, aumentamos nuestros resultados en la prueba o el examen.
No necesitas suerte, si confías en ti.
Gemma Pallàs.