¿Atrapado en el mal sueño de las repeticiones?
Muchas sesiones empiezan con una frase parecida a esta «No sé porqué, pero siempre me pasa lo mismo». No sé porqué, pero siempre me encuentro con el mismo tipo de personas, con el mismos tipo de trabajo, con los mismos tipos de clientes, con los mismos tipos de trabajadores, con el mismo tipo de parejas… Es habitual, que los obstáculos se nos repitan en el tiempo.
¿No os ocurre que hay personas con las cuales siempre os discutís sobre lo mismo? Si os ha pasado, habréis visto que hasta que no superas ese conflicto, ese desacuerdo, ese «tema», cada vez que hay una discusión vamos hacia la misma conversación, que se nos repite como un mal sueño.
De la misma forma, podemos estar atrapados en diferentes situaciones, que se nos repiten en la vida. Algunos ejemplos son: siempre me junto con parejas que no me tratan bien, siempre me encuentro con «jefes» muy inflexibles, siempre cojo trabajadores que se aprovechan de mi negocio, siempre me topo con personas toxicas que me hacen sentir pequeño…
De la misma forma que un tema conflictivo, no superado, será la conversación y el tema que siempre va a surgir a la luz en la mínima tensión, si yo no he hecho el aprendizaje necesario en la situación que sea (laboral, relacional, personal…) se seguirá repitiendo continuamente esa situación.
No se trata de magia, es que inevitablemente creamos las situaciones conflictivas que no hemos aprendido. Ponemos un ejemplo: imagina que yo llevo muy mal la soledad, y que como no gozo de estar sola, la evito y busco estar siempre acompañada. Inevitablemente, si yo no sé estar sola, sino gozo de mi compañía y «necesito» de los otros para estar bien, mi comportamiento será tal (puede ser absorbente, puede ser acaparador, puede ser exageradamente servicial, puede ser interesado…) que es muy probable que acabe provocando que los demás se aparten y me quede sola.
Si siempre me encuentro con relaciones tóxicas, ponemos por ejemplo que siempre me acabo relacionando con amistades o con familiares que se aprovechan de mí, ponemos el caso que me piden favores y yo siempre estoy ahí para ellos, siempre cuido y estoy pendiente de todo el mundo, pero en cambio cuando soy yo quien necesita un favor, la relación no es reciproca. Hasta que no aprenda que no pasa nada si no estoy siempre allí para ayudar a los demás, hasta que no aprenda a ponerme en una situación de valor, eso se seguirá repitiendo, porque yo misma lo construiré.
¿Que pensamiento necesito cambiar?
Lo que acostumbra a pasar, es que nos esperamos a encontrar a esa persona, que sea buena y que no nos haga daño, sin nosotros cambiar nada, sin hacer nosotros el aprendizaje. Acostumbra a pasar, que esperamos que el mundo cambie, sin cambiar nosotros…
Si siempre estoy con parejas que me tratan mal, ¿que hago yo que me lleva a este hecho?, ¿que estoy permitiendo que no debería permitir?, ¿en que no me respeto que hace que abra la puerta a este tipo de personas? Si siempre me relaciono con personas con las cuales después no hay reciprocidad, ¿que hago yo para propiciar eso?
Es decir, no esperemos que de golpe nos empiecen a pasar cosas buenas, que de golpe mis relaciones sean mucho más positivas, sin hacer yo el cambio interno necesario que consiga que yo ya non atraiga nunca más esa situación, que puede que haga años que se me repita.
¿Qué podemos hacer?
Dejemos de repetir la frase «es que a mí siempre…» Vamos a analizar la situación. ¿Porqué siempre me pasa esto? Vamos a la pregunta clave que nos ayudará a salir del bucle, PARA QUÉ me pasa esto. Es decir, ¿que es lo que no estoy haciendo consciente de mí?, ¿que no estoy aprendiendo?, ¿que estoy evitando afrontar que hace que se me vuelva a repetir siempre esta situación?
Puede que evites decir que no a los demás y por eso siempre te encuentras con personas abusivas, o evitas quedarte solo/a y por eso te encuentras con parejas que no te tratan bien, puede que evites decir lo que realmente piensas y por eso te topas con clientes poco comprometidos, o te sientas mal en el rol de «jefe» y te topas con trabajadores que se aprovechan de tu proximidad…
Esta es siempre la parte complicada, hacer consciente lo que yo hago, es complicado porqué casi siempre es inconsciente y hasta que no le pongamos luz, no podemos buscar formas de modificarlo. Busca cual es tu «para qué», pon un plan de acción y rompe con las repeticiones.
Aquello que afrontamos, aquello que dejamos de temer, aquello que ya no puede afectarnos, deja de repetirse, porque dejamos de crear la lección aprender. Ya está aprendida.
Coaching personal.
Gemma Pallàs.